quinta-feira, março 04, 2010

ESTRENO EN BUENOS AIRES " AQUEL QUERIDO MES DE AGOSTO"



Se estrena hoy en esta ciudad la película del joven cineasta portugués Miguel Gomes. Esta película fue ganadora del "Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente" BAFICI, que se llevó a cabo en esta ciudad entre los días 25 de marzo y 5 de abril de 2009.

Foto: Zeta Films

Canciones y festividades se conectan con una historia de amor entre dos primos

Lugar y Fecha de Nacimiento
Lisboa / Lisbon, Portugal, 1972
Filmografía
2008 Aquele querido mês de agosto / Our Beloved Month of August
2006 Cântico das criaturas / Canticle of All Creatures (C/S)
2004 A cara que mereces / The Face You Deserve
2003 31 / Thirty-One Means Trouble (C/S)
2000 Inventário de Natal / Christmas Inventory (C/S)
Lo que sigue es una nota aparecida en el diario La Nación en el día de hoy 4 de marzo de 2010:

UN DOCUMENTAL QUE MUTA EN FICCION
El segundo film del audaz director portugués Miguel Gomes es puro disfrute, libertad y talento creativo.
Aquel querido mes de agosto (Aquele querido mês de agosto, Portugal/2008). Dirección: Miguel Gomes. Con Sonia Bandeira, Fabio Oliveira, Manuel Soares, Joaquin Carvalho, Andreia Santos, Armando Nunes, Diogo Encarnaçao, Bruno Lorenzo y Maria Albarran. Guión: Miguel Gomes, Mariana Ricardo y Telmo Churro. Fotografía: Rui Pocas. Edición: Miguel Gomes y Telmo Churro. Música: Mariana Ricardo. Sonido: Vasco Pimentel, Antonio Lopes y Miguel Martins. Presentada por Zeta Films. Duración: 147 minutos. Apta para mayores de 13 años. Nuestra opinión: muy buena
Tras su exitoso paso por el circuito de festivales (ganó el premio principal de la edición 2009 del Bafici porteño y fue premiado, entre otras muestras, en Guadalajara, Las Palmas, San Pablo, Valdivia y Viena), se estrena en fílmico este bello y original segundo largometraje de Miguel Gomes.
El audaz director portugués empieza filmando una suerte de documental sobre bandas musicales que interpretan canciones populares, sobre bailes y procesiones religiosas, sobre tradiciones, leyendas y anécdotas pueblerinas, pero luego ese registro va mutando hacia el cine dentro del cine (con la trastienda del rodaje que muestra al propio director discutiendo en cámara con su atribulado productor o con su rebelde sonidista) y, más tarde, también hacia la ficción pura, con una sensible historia de amor imposible entre dos primos (un guitarrista y una cantante que forman parte de un mismo conjunto) bajo el atento control de un patriarca posesivo.
Trailer de Aquel querido mes de agosto
"Yo quiero personas, no actores", le dice Gomes a su productor cuando éste se queja de que el director no ha elegido aún a los intérpretes para cubrir los personajes que figuran en el guión original. Y, aun cuando la película finalmente se sumerge en la ficción, sigue optando por los no actores, por gente real descubierta en los propios lugares que el equipo de rodaje va visitando.
Durante los 147 minutos del film aparecen en pantalla unas cuantas bandas amateurs o semiprofesionales y se escuchan decenas de clásicos de la canción popular portuguesa (y brasileña), pero hay también imágenes de la filmación, de un programa de radio, de fiestas religiosas, de incendios forestales, de bares, ríos y playas, así como testimonios sobre múltiples situaciones cotidianas en cada uno de los pueblos.
En este film luminoso como el verano que aquí se retrata no hay prejuicios, clisés ni convenciones. Todo parece estar permitido (incluidos los excesos, la falta de organicidad y hasta ciertas reiteraciones), pero el resultado no deja de ser asombroso: puro disfrute, libertad y talento creativo.
Diego Batlle

Otro comentario acerca de su argumento:
"Un verano como otros, en la portuguesa Arganil. Hay procesiones religiosas, jóvenes acampantes, pueblerinos simpáticos y fuegos artificiales que se alternan con bandas de música popular y con situaciones como la del director de una película –la que estamos viendo– que ve amenazada la continuidad del rodaje y los esbozos de conflictos y atracciones entre algunos de los integrantes de las bandas. Pero de un modo imperceptible, a un tiempo mágico y mítico, esa apariencia “documental” va esfumándose para dejar asomar la contracara que merece, su complemento de espesor “ficcional”, y ya las canciones dejan de sucederse en su carácter festivo para empezar a iluminar un triángulo amoroso melodramático. La extrema originalidad de Aquele querido mes de agosto no está sólo en la manera complejísima con que Gomes filma lo simple y lo banal, ni en la notable singularidad para hacer converger acciones o diálogos o personajes simultáneos en un mismo plano, sino en el modo en que vuelve indiscernible la frontera entre lo real y lo ficcional, así, sin comillas que los distingan. Una película única que nos hace pensar en muchas películas y situaciones de la vida, diferenciándose de todas".

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