quarta-feira, novembro 26, 2008

FADOS- SE ESTRENARA MAÑANA EN BUENOS AIRES

Remedio para melancólicos
Un vital Carlos Saura recupera la canción portuguesa para el cine a través de las voces de Mariza, Carlos Do Carmo y Lila Downs
Fados: estreno del jueves
Fados: estreno del jueves
Por Claudio D. Minghetti De la Redacción de LA NACION
Carlos Saura destila vitalidad. Egresó de la Escuela Oficial de Cine hace más de medio siglo, tiempos de franquismo que él describiría con metáforas que habrían de hacerlo famoso en todo el mundo y sigue con tantos proyectos como en sus comienzos.
A la fecha lleva filmadas más de cuarenta películas, la mayoría de las últimas atravesadas por la música y por la danza. Después de Tango, Flamenco, Sevillanas e Iberia llegó el turno de Fados , en la que se paseó por el folklore urbano de Portugal a través de sus mejores representantes y todos aquellos que han convertido esos sonidos en una pasión que ya supera el siglo.
La película, que el jueves estrenará Distribution Company, fue presentada en el Festival de San Sebastián del año pasado, seguida por un espectáculo fuera de serie con el que se reinauguró el señorial teatro Victoria Eugenia. El director de clásicos, como Cría cuervos y Mamá cumple 100 años , entre otras, recibió allí una Concha de Oro honorífica por su trayectoria, premio que hasta ahora sólo había merecido allí su maestro, Luis Buñuel, en 1981.
Fados funciona como una galería selecta de artistas cultores del género , desde los más veteranos hasta los más jóvenes y menos ortodoxos, muchos de estos episodios con coreografía del talentoso Patrick de Bana (interpretadas por él mismo en algunos casos). El fado lleva sin bailarse desde hace casi un siglo y cualquier intento de reconstrucción de lo que pudo ser resultaba casi imposible. Para ayudar en la búsqueda de una manera de acompañar la música, Saura escogió a este coreógrafo y bailarín, de origen camerunés y alemán. Ciudadano del mundo, De Bana, un asiduo de los grandes teatros y festivales, venía de trabajar con Maurice Béjart y es, desde 1992, invitado de honor de la Compañía Nacional de Danza de España. Desde 2003 pone en escena sus propios espectáculos con Nafas, su compañía de danza ( patrickdebana.com ).
La filipina Mariza; los portugueses Camané y el veterano Carlos do Carmo; la mexicana Lila Downs; los brasileños Caetano Veloso, Chico Buarque y Toni Garrido; Lura; el grupo Kola San Jon; el rapero NBC; Jaime Santos; Pedro Moutinho; María da Nazaré; Vicente da Câmara; los hip-hop -también portugueses- SP & Wilson; Miguel Poveda y Amália Rodrigues, en viejas grabaciones de TV, son algunas de las grandes figuras elegidas para transmitir esas dulces y a la vez melancólicas melodías que parecen surgir de la esquiva naturaleza de la saudade portuguesa.
Después de Fados , Saura volvió a la música, pero en este caso a la clásica, Don Giovanni , que repasa la vida del libretista Lorenzo Da Ponte, amigo de Giacomo Casanova y letrista de Mozart, con quien trabajó en Austria tras ser desterrado de Italia "a causa de su vida licenciosa y repleta de desmanes". La película, protagonizada por Lorenzo Balducci, tiene estreno previsto para los primeros meses de 2009.
Cantar la tristeza
En diálogo con LA NACION, Saura confesó su pasión por el fado.
-¿Cómo nació la idea de un film sobre el folklore portugués?
-He escuchado fados a través de las películas que Amália Rodrigues hizo en Portugal y cuyas canciones fueron mías en mi infancia de la posguerra, en Madrid, igual que las de Imperio Argentina y los tangos de Carlos Gardel. Es en esos años de despertar cuando se quedan grabadas para siempre en nuestra memoria imágenes y sonidos. Los fados me acompañan desde entonces.
-¿Hubo algún hecho puntual?
-Mi primer viaje a Portugal, camino a Lisboa, en 1950. Me pareció un país deprimido de gentes amables pero tristes. Por la radio salazarista se escuchaba a Amália Rodrigues con su voz maravillosa y única. Sólo más tarde, a través de amigos unas veces portugueses y otros españoles que trabajaron en Portugal, supe de la existencia de otros fadistas que, como Marceneiro o Carlos do Carmo -por citar los que eran más conocidos-, escuché en discos y casetes. Tiempo después abandoné todo por un amor imposible y marché huyendo de mi país con la intención de recorrer Portugal en automóvil y quizá con la peregrina idea de no volver nunca. Fue una experiencia maravillosa, de la que desgraciadamente no tengo fotografías. Durante el viaje compré casetes de fados y escuché durante las voces maravillosas de mujeres y hombres cantando su tristeza, que era parecida a la mía.
-¿Y la película?
-Cuando me propusieron hacer una película sobre los fados, no lo pensé dos veces: era como recuperar algo querido que había ido a parar al cuarto de los recuerdos. Desempolvé mis discos y mis casetes y antes de decir que sí me impregné de cuanto pude de esas canciones. Luego, mis productores me enviaron tal cantidad de material literario y sonoro que todavía tenía mucho por desempolvar; pero para entonces mis frecuentes viajes a Lisboa y mis visitas a los espacios en donde reinaba el fado me permitieron un conocimiento más profundo de él y sobre todo el encuentro personal con artistas excepcionales como Carlos do Carmo, Mariza o Camané, voces prodigiosas, y el descubrimiento de Lucilia do Carmo, Teresa de Noronha y de tantos otros maravillosos fadistas... Y también el descubrimiento de un Portugal distinto y evolucionado. En esa búsqueda, acompañado de mi buen amigo Iván Días, gran conocedor de la materia, tratamos de establecer la relación del fado con Brasil y con Africa -desde las "modinhas" hasta el llamado "fado batido"-, en un intento de recuperar algunas de las canciones y de los ritmos que en ese ir y venir tanto han enriquecido la música de nuestros países. Con Fados quise ir más allá de mis experiencias musicales anteriores, trabajando con los artistas de un país y de una ciudad como Lisboa, que quiero desde hace muchos años.
del diario "La Nación" 24/11/08